«la fija que lo alçasse por el otro: e d·esta manera poniendo la sabana entre el marido e ellas: fizieron salir al mancebo a menos que fuesse sentido engañando al mercader. E assi dixo la vieja: agora puedes extender sobre el lecho la sabana: que es bien limpia: texida e cosida con nuestras manos. El marido regraciando las dize: benditas vos seays que tan sabias e enseñadas soys en esta arte .»