«fuego ayre agua y tierra: ordenando que el cuerpo humano tomasse del fuego el calor natural el qual le ministrasse la vida: y del agua tomasse la sangre que le ministrasse los humores que le viuificassen: y del ayre tomasse el aliento que le ministrasse el respirar y resollo: y de·la tierra tomasse la carne que le ministrasse los apetitos. Dio le assi mesmo tan marauillosa forma y proporcion. E puso le el ombligo»