«el fin de·los tus plazeres en quantas amargas lagrimas se convertieron y vna tan magnjfica señora en aienas tierras dexaste perdida y no solamente el estado mas la vida y honra por tu loco y breue deleyte se leuo el ayre, y a pena que para siempre dura tan enemiga causa me traxo donde ningun remedjo s·espera. Asi yo catiua por mas seruir·te tengo tales gualardones, y si los juezes que nos oyen piensan que»