«animos buenos y con diligencia puso aparejos a·la pelea: pensauan los turcos en vn momento hauer la ciudad y los christianos llenos de·la fe tenian por mas cierto vencer la damnada y perfida hueste. Los turcos al alba y sol saliendo fueron se ayuntando a·la caua con esturmentos acostumbrados gozando se todos con la victoria que ya esperauan: los nuestros arriba en·el pomerio dauan la grita de hora en hora con·el estruendo de·»