«para poner las manos en·ello: que vna de dos coronas falleçer no nos puede: o aquella del martyrio que alla en·el cielo esperamos si peleando por Dios morimos: o esta otra de·la tierra que venciendo alcançar entendemos: assi que de reyes no podemos escapar: o reyes del cielo o reyes en·la tierra. Ved que gloria tan immortal nos espera. En acabando de dar fin a sus dichos salto primero de»