«crecio contra nos el viento con las teniebras y tempestades crueles y terribles: el mar sobia sobre las galeras sin algun reposo que se podian dezir los versos del gran propheta: fueron eleuados en alto los rios sus bozes alçaron marauillosas las elaciones del mar por cierto. Llouia tanto que aquella noche puedo bien dezir que a centenares de vezes fuemos embueltos entre las aguas cubiertos de vndas: presto se cubre por el mar la fusta y»