«començaron le correr las lagrimas de·los ojos con·la agudeza e amargor de·la mostaça: la vieja leuo a esta perrilla assi llorando a·la casa de·la muger casta: la qual rescibio a·esta religiosa con cara alegre e honrradamente: teniendo se por muy contenta en ser visitada d·ella: porque era reputada e avida por persona de buena e religiosa vida. Ellas fablando entre si: vio aquella casta muger como lloraua aquella»