«vezes al dia le ponen aquella baxo en·los suelos de pies y de manos. Otros les sangran de todos los quatro talones. Hay tanbien algunos que echan vn fierro por el ombligo de donde sacan vna aguaza como amarilla. Otros les echan vnos sedaños al cabo del pezcueço quanto a .ij. dedos de·la espalda. Estas cosas dichas todas traheran muy poca salud y aquella tarde. Por·ende no hay otra medicina mejor entre todas»