«la donzella. Si no por el temor que tengo de no enojar vuestra merçe vernja a pedir vos de graçia me qujsiesedes dezir si aquella errada senyora repentida de su defeto qujsiere con·el prjmer enamorado boluer: conoçiendo el amor querer serujçios y honrra que aquel le azia: conoçiendo mas que en strados yglesias palaçios ventanas: quanto mas era reputada, stimada vjujendo con·el y ausente por el contrarjo: conoçiendo mas, quanto era senyora»