«enseño el camjno de·la cibdad. E pensando en·si el sacerdote que con pecunjas non podria satisfazer a tanta caridad que del Ysopo avia rescibido: delibero de rogar a·los dioses e diosas por aquel que con tanto amor e caridad e tan affectuosamente lo avia endereçado: e como el Ysopo fuesse tornado a·la heredad a·la hora de·la siesta assi como es de costumbre a·los trabajantes en tal hora reposar e dormjr:»