«al monesterio, e saco la dicha monja de fuera por fuerça, por traer·se·la consigo a su palaçio. Veyendo la buena dona que non le valia cosa ninguna demandar missericordia, demando al señor por que razon andaua mas a ella que a ninguna de·las otras monjas, pues que avia de otras mas fermosas dentro del monesterio, que non ella. Respondio: yo lo fago por tanto como tu has asy fermosos ojos»