«marauillado, e dixo al angel: por que te estreñiste la nariz veyendo asi bella dona, como es aquesta, e non la estreñiste por aquella carne muerta, la qual antes fallamos? Por eso, dixo el angel, ca mas fedor es delante de Dios la vanagloria, que non quantas carnes podridas son en·el mundo. E dicho aquesto el angel le desaparesçio delante. El ermitaño conosçio que aquel era amigo de Dios»