«de tal guisa las manos que mataron las velas y rondas: y houieron abierto vna puerta por donde entraron los caualleros: y la grita y estruendo fue tal y tan grande que todos los françeses quedaron espantados: y antes muchos d·ellos fueron feridos y muertos que asaz despiertos ni reconoçidos: y essos que se dieron mas priessa caualgaron y se fueron a·la plaça por socorrer donde mas cunpliesse y por hauer su mejor acuerdo su»