«la hauer consolado y puesto en mucha esperança que nuestro Señor le daria remedio pregunto le que si Dios la escapaua de tan esquiua y desonesta infamia y tan espantosa muerte y la restituya en su honra y fama como de antes estaua: que que faria ella entonce por Dios? Y como respondiesse la reyna que no hauia cosa del mundo que por Dios podiesse fazer que no la fiziesse: replico el santo abad: pues al de»