«tu maldat pueda estar muy secreta. y quantos primero te alabauan. te ternan ahora odio mortal. y te miraran con ojos de sembrador de zizanjas. Ten por cierto que a·la postre cojeras lo que ahora plantaste. y no quedara tu malignidad sin punicion. ca el misericordioso prosigue los actos de fin virtuoso. y el iniquo en su iniquidad mesma se enlaza. Bien se que mi correccion no te puede emendar. »