«no hai peligro alguno. segund la benignidad de mi compañero. e tanto porfio con·el. que el pobre de viejo se huuo de encerrar en·ell·arbol.§ De buena mañana fueron delante dell·arbol el alcalde con los dos compañeros y con otra mucha familia: y luego el juez pregunto al arbol: que si sabia el quien hauia lleuado el tesoro: que estaua enterrado cab·el. Respuso el viejo que estaua »