«a otros se hazen engaños.§ Siguiendo ahun sus peticiones el rey Disles: dixo a su philosopho Sendebar. Muy verdadero y muy cierto es que la diuina sentencia no se puede huyr. Solamente quiero me digas algo de·los amigos que vnos a otros se engañan. Respuso el philosopho. Cerca de Jerusalen hauia vn lugar cabe la mar donde entrauan en·ella dos rios: e por marauilla llegaua ende hombre alguno: ni »