«dicha aquesta razon se fue muy turbada y confusa. Quedo entonces el cueruo triste y pensoso reconociendo la malicia de sus palabras: sin hauer tuuido causa por que blasonar lo que ninguna de todas las aves hauian querido. o podido dezir. e como quiera que algunas dĀ·ellas conociessen: lo que yo despues les he dicho. pues veyan la multitud concorde: no quisieron procurarĀ·se enemiga ninguna. sino yo indiscreto necio. »