«confiaria de ti. E salio entonces el raton a·la puerta de su couezilla: y saludo al cueruo muy dulçemente. al qual dixo el cueruo. Ahun me pareçe que tienes algun reçelo: y enteramente no confias de mi. Respuso el raton: no tengas tal fantasia: ca sabes dos cosas suelen ofreçer los hombres por sus amigos y poner por ellos. La primera es la persona: y aquesta amistad es perfecta y »