«E leuando le con gran ruydo para la horca. yua el triste llorando y diziendo. si el consejo de·los animales brutos creyera nunca me huuiera acahescido este mal. E hoyendo la sirpiente la voz: conoscio ser aquel hermitaño de quien hauia recebido beneficio tan grande: e como le vio en tanto peligro penso en socorrer le. E fue se luego a palacio real donde estaua el fijo del rey: »