«dulces. Amigo Dios te salue: suplico te por merced no te sea graue mi salutacion: la qual en los peligros ablandesce los coraçones de·los enemigos. Dezir te quiero en verdad. mucho tiempo hay que desseaua de ver te en tal trabajo. ni crehi poder ver dia de tanta consolacion pensando con tu prision y muerte hauer ganado reposo perpetuo. e quando alçe los ojos: y vi ante mi el milano. »