«amargo del bien criado començo de jurar mil juramentos: que el ni otro por·el lo hauian tomado ni llegado a el. E entonces daua majores bozes el engañador. Ninguno sabia este secreto sino los dos. otra persona viuiente sino tu no lo podia lleuar. vamos delante el alcalde: que yo quiero ver quanto en·ello se puede hazer de justicia. Y assi fueron delante el juez. el qual les pregunto: »