«y cobdiciaua la muerte suya por nos redemir de nuestros peccados: empero con sorda oreja passamos por este camino de tanta virtud. O gran verguença y menosprecio. Mientra que qualquiera con su juyzio solo se casa no se apaga de sperar censura de·los mayores: jniusto parece que a las leyes y drechos queramos estar obedientes como deuamos a ellas mismas ser sometidos: todo lo rompemos de muy encendidos: por que atentamos como ambiciosos de»