«vemos por obra que la llama del huego por rezia que sea: ell·agua la mata. qualquiere lit repara el silencio. el bocado veninoso de·la vibora: la triaca le sana. qualquier tristura remedia la sperança. mas el huego de·la enemistad que la lengua procura. jamas se amata ni toma sossiego. Tu plantaste hoy enemiga tan natural entre tu linaje y el mio. la qual no solo turara mientre biuamos: »