«arribo a su celda vn peregrino muy hambriento. y fatigado del camino. puso le el hermitaño delante muy dulces datiles para fazer collacion. y comiendo d·ellos el pelegrino dixo. O quan marauillosa y dulce fruta es esta. pluguiesse a Dios que en mi tierra d·estos arboles y fruta huuiesse: ahun que en·ella tenemos muy buenos figos y vuas. de·los quales querria yo aqui tener. Respuso el hermitaño. »