«del rostro. y en·las sobrecejas muy grand spacio con·los pelos d·ellas coruados: e va continuamente puestos los ojos en tierra remirando para·tras las mas vezes. los quales todos son señales de hombre traydor maluado y peruerso. A lo·qual respondio Dymna. Si verdad fuesse señores muy virtuosos lo que aqueste con su malicia dize de mi: e los señales que Dios pone en·el hombre fuessen causa »