«dia a yantar. En toda aquella noche el mercader muy triste: nunca hizo sino pensar como podria vengar se de·la maldad que su amigo le hauia fecho. y penso que si el le podia hurtar vn fijo que tenia. que con gana de cobrar·lo el le bolueria su fierro. Y ansi de mañana el se fue al conuite. y estando alli en casa de su amigo aquel fijo que »