«ser muy pacificos. y abhorreçen con·el coraçon muy sañudo. Su alma deue el hombre poner en peligro por los primeros: y ser con·los otros muy cauto. Ca el que por el cauteloso y lleno de engaños pone su vida semejante es al que siguiendo su apetito come los huessos: los quales el calor del estomago no abasta digirir ni cozer. y son por·ende dañosos. Bien me plaze conoçer »