«tu seruicio muy aparejado. Dixo la vibora: yo habito en vn lago en aquel mesmo monte cabe tal rio. Dixo la sirpiente: a mi en aquel mesmo rio me hallaras. si por alguno de aquestos lugares passares: sirue te de nosotros: pues de ti hauemos recebido tan singular beneficio. E con esto se despidieron d·el. Mouido de piadad el hermitaño. boluio por sacar el argentero del silo: no curando de·»