«que agora en mi necessidad y vejez: pudiera ser de vosotros bien ayudada. ca estoy tan descarnada tan vieja: y tan sin fuerça: que ya no espero sino la muerte. Con todo os suplico por misericordia digays a vuestro rey me perdone. y sirua se de mi para lo que mandare. Las ranas de muy piadosas suplicaron a su rey le huuiesse merced. El qual llegando a·la sirpiente le pregunto: »