«otra le consejaua. y estaua de continuo al ayre y al sol: hasta que ya tuuo el cuero rugado hecha como vn pedaço de palo. Despues de algunos dias llego su marido: y hallo su mujer quasi de todo perdida: e pregunto le mucho de su dolencia: ninguna respuesta podia d·ella sacar: saluo señales de ira. Mas respondiendo por·ella la compañera le dixo: la dolencia señor de vuestra mujer »