«de gran rato no le pudo hablar: y despues de recognoscido le dixo. El amor tan verdadero que siempre conosci me tenias: y tu buen consejo: y los seruicios tan seƱalados: nunca me consintieron pensar ni creher: que tu pudieras matar la reyna: por mucho que fuessen irados y necios mis mandamientos. E allende de todo esto: tu discrecion no dio lugar de poder me irar contra ti. y conozco que »