«E llegando donde estaua su alteza con·el acatamiento que conuenia le dixo. Tu tristeza serenissimo principe nos faze tristes a todos: e mas nos tormenta.§ […] Entonces Beled mirando la reyna: cenyo con·el ojo que tomasse los vestidos reluzientes: y encenyando le: leuanto los ojos del rey. y viendo la reyna que el rey hauia visto las cenyas que Beled le hauia fecho: por que no sospechasse d·ellos »