«no sospechasse d·ellos alguna maldad. dexo los vestidos: y tomo la corona: con·la qual luego se aparto. E de ahi·adelante cada vez estando Beled ante el rey. mouia siempre la palpebra del ojo: por que su majestad pensasse lo tenia de vicio: y no lo tuuiesse en sospecha alguna. E como el rey por costumbre tenia que vna noche dormia con·la reyna. y otra con·la concubina. »