«en mi couezilla diez marcos de oro. y por conseruar·lo: hiua cada dia buscando las migajas del cesto del hermitaño. y luego el hermitaño con el ligon començo de cauar: tanto que hallo el oro que yo tanto tiempo hauia guardado: e nunca d·ello hauia supido gozar. E assi en mi vida ordeno Dios se gozasse otri d·ello. como acahescio al lobo auariento.§ Algunas vezes la auaricia »