«su muerte ni empues auto alguno digno de culpa: ni ahun sombra ninguna de mal pensamiento. Y confessando a·ti sola mi error. su cruel aduersario Dymna: con sus engañosas mentiras me prouoco contra el. Pido te por·ende señora de señalada merced: si algo d·ello sentiste: lo quieras comunicar con tu fijo: cuya honra te deue ser tan cara como el biuir. Replico entonces la madre: supido he de »