«algun gualardon por la diligente guarda que del nyño hauia hecho. E como el señor le viesse la boca tan sangrienta: presumio que le hauia muerto su hijo. y mouido de mucha ira sin mas pensar corto le la cabeça. E llegando a·la cama: hallo el nyño sano y alegre. y la sirpiente hecha pedaços: por lo qual conocio que en deffensa de su hijo la hauia muerto el lebrel. »