«entonces Beled. Sieruo soy de tu majestad: e sere mientre viua. Solamente pido a tu alteza vna merced. que nunca tu señoria se aquexe de penar a ninguno. sin pensar mucho en·ello. y que pienses mucho lo que es por venir: specialmente en·las cosas de aquesta señora. la qual en todos tus reynos no tiene par. en gran hermosura y discrecion. Entonces dixo el rey. Vencieron me tus ruegos »