«ya no espero sino la muerte. Con todo os suplico por misericordia digays a vuestro rey me perdone. y sirua se de mi para lo que mandare. Las ranas de muy piadosas suplicaron a su rey le huuiesse merced. El qual llegando a·la sirpiente le pregunto: que era la causa de su miseria y de su venida. Respuso ella con gesto muy complañydo. Aquexando me mucho la noche passada la »