«e a·los infiernos han descendido. E otros se han leuantado en su lugar. Onde dize Prospero en sus sentencias. Donde estan los oradores: que vencer no se podian con razones. Donde stan los que ordenauan aptamente las fiestas. Donde son los luzidos pensadores de cauallos. Donde stan los caudillos de·las huestes. En·donde los satrapas e tyranos. No sta quiça la memoria de su vida puesta en pocos renglones .»