«hauia ajuntado le dixo. Señora habitando en·el orillo del mar muy seguros: mi mujer y yo hizimos alli nuestro nido. y de nuestros hueuos sacamos los pollos. los quales ya bien crecidicos en·el tiempo que ofrecian reparo a nuestra vejez. lleuo nos los la tempesta dell·agua del mar. lo qual si queda sin punicion: ahun que ahora sea mio este daño: podra acahescer cada dia a todas las »