«de·la vibora: la triaca le sana. qualquier tristura remedia la sperança. mas el huego de·la enemistad que la lengua procura. jamas se amata ni toma sossiego. Tu plantaste hoy enemiga tan natural entre tu linaje y el mio. la qual no solo turara mientre biuamos: mas para siempre jamas por todos los siglos. E dicha aquesta razon se fue muy turbada y confusa. Quedo entonces el cueruo triste y »