«mi señor. el qual por su clemencia oluido el yerro tan grande. de su siruienta: la qual no solo merecia la muerte: mas ahun que d·ella no se osasse hazer memoria alguna. y por tu misericordia houiste piadad de mi juuentud. Boluio se entonces el rey a Beled: y dixo le. La gracia y el seruicio que hoy he recebido de ti. razon es que todo el mundo la sepa: »