«me oluidan aquellas dos de grande animo e fermosas virgines. nin pienses tu que se me oluida la lealtad de·la primera e el fuerte coraçon de·la segunda. Mas todo non satisfase. nin abonda amenguar abiltar o desfazer la excellente e gloriosa corona d·esta nuestra esclarescida princesa. Que quiero que sapas tanto que esta a·quien seruimos. a·quien obedescemos. a·quien amamos: nunca de·las sombras del temor »