«el fermoso mancebo Febo a Clicie ya no fiziesse reboluer los oios contra oriente. Ca ya sus menudos e lumbrosos rayos ferian los altos montes e veyendo me tan lexos do partiera. Moui contra vn arboledo bien poblado de fermosos e fructuosos arboles pora mi passado affan vn poco dar resposo. E llegando al solitario monte descendi e descendido: acoste·me en las verdes yerues: e las que tañia non padescian »