«que coraçon ternia para matar·me. Esta despues con grand fortaleza de coraçon oyendo que Bruto marido suyo era muerto: no podiendo auer arma de offenssa con que allegasse su muerte: teniendo delante sy brasas ardientes no dubdo de poner·las dentro en la boca e tragando·las la virtuosa anima salio d·esta mesquina vida. E por ende dize el testo. mienbrante las castas brasas de fuego con que acabo »