«con discretas e dulces amonestaciones en su firme proposito siempre permanescia: quiso ver la fin del caso e la notable dueña llena de singular constancia se acosto en vn lecho que ricamente apareiado tenia. E arrimando·sse sobre aquel dixo a Pompeo. Gracias te fago e do por te venir en plazer ser amonestador de mi vida e honrrador de·la mi muerte: mas commo sea indigna de te dar e »