«e beued la sangre de mis entrañas. O tu subitanea muerte que de·los desesperados fuyes: no fuyes de mj que te desseo. Mas que digo o que fablo. que la muerte los de flaco coraçon la llaman e la dessean: y commo yo no sere poderoso de me dar la muerte: por cierto si. E tomada la cruel espada jnhumanamente se firio e fizo salir la virtuosa anima del cuerpo. »