«infortunados que aquellos que los dioses fablicaron e con la su virtuosa diestra no menos preciaua de fazer las piadosas obras o a quantos fambrientos farto la real mano a quantos desnudos las proprias carnes cubrio a quantos enuergoñados quito de vergueña e finalemente o quantos biujan mas gozosos de·la salud d·esta señora gloriosa que de·la propia suya. veyendo que la su vida a ellos solamente aprouechaua e »