«se deue adorar e otro non commo este sea la causa causante de todas las cosas. El tirano sin dexar acabar la fabla marauillado de·la claridat de su cara e de·la eloquencia suya inbio secretamente letras por las cercanas prouincias a·todos los rethoricos e nigromantes que viniessen luego al pretorio de Alexandria. El mensaiero compliendo el mandado del señor traxo consigo sinquenta sabios que en sabiduria dizian sobrepuiar »